10 de Junio de 2019

Una abogada en el mundo de las ‘fintech’

Ljubica Vodanovic quiere revolucionar el mundo de los servicios financieros. Por eso brinda asesoría legal a las nuevas empresas que ofrecen productos y servicios financieros innovadores a través de páginas de internet, redes sociales y aplicaciones en celulares.

Ella estudió Derecho en la Universidad de Lima y se ha especializado en regulación financiera. Desde el año 2017 tiene su propia firma boutique, Vodanovic Legal, donde asesora a diversas empresas de tecnología financiera (financial technology, fintech) e instituciones bancarias, con una visión moderna del mercado.

¿Qué abarca la regulación financiera?
Es un concepto amplio, abarca todo lo que una entidad financiera debe cuidar para operar, como normas de prevención de lavado de activos, protección de datos personales del consumidor, normas de conducta del mercado, gobierno corporativo, normas legales, etcétera.

Tu estudio se ha hecho conocido por asesorar a empresas fintech e ingresar al mundo de los nuevos servicios financieros, ¿verdad?
Desde que trabajaba en la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), veía cómo los servicios financieros avanzaban hacia el mundo fintech; entonces quise acompañar a los clientes desde la creación de un producto financiero con base tecnológica hasta su lanzamiento al mercado. Yo podía ofrecerles asesoría especializada desde mi propia boutique legal. Y abrí Vodanovic Legal, en enero de 2017. Las fintech comenzaron a buscarme, a pasarse la voz entre ellas, y ahora ayudo a varias empresas a desarrollarse en este mundo.

¿Qué caracteriza a tu boutique?
Lo más bonito es que mi propósito no es el usual de un estudio de abogados, sino ayudar a mejorar la oferta de servicios financieros en el país, a fin de generar inclusión financiera. Mi propósito no es solo la rentabilidad, es muy importante generar valor para la sociedad. Cada vez estamos más posicionados en el mundo de los servicios financieros. Nos llaman las autoridades, asistimos a congresos internacionales y nuestro nombre se está conociendo cada vez más, porque damos un servicio con valor.

¿Cuál es ese valor, específicamente?
El valor es que, al ser los servicios financieros cada vez más dinámicos, estamos ayudando a las empresas a ingresar en campos desconocidos. Los servicios financieros son, por ejemplo, pagos y transferencias a través del celular, y muy pronto se realizarán transacciones a través del Messenger de Facebook, además de otras cosas que ni imaginamos pero que ayudarán a la gente y le harán la vida más fácil.

¿Qué barreras encuentras para esto?
Que solamente el 40 % de los peruanos usa los servicios financieros. El otro 60 % no sabe que puede hacer pagos a través del celular, no va a un banco, no tiene cuenta en el banco y no consigue un préstamo fácilmente, porque le piden muchos requisitos y documentos.

¿Cuál es la visión de tu firma?
Pretendemos, por medio de la asesoría experta, que este mundo evolucione y que la oferta de servicios financieros llegue al 60 % de la población que no accede actualmente a los servicios financieros. Más del 90 % de los peruanos usa un celular, solo falta que la oferta de valor les llegue. Las fintech surgen como una alternativa de inclusión financiera y nosotros ayudamos tanto a los bancos como a las fintech con nuestra asesoría legal. Hay varias pasarelas de pago, como PayPal, Pago Efectivo y otras. La idea es que estas modalidades se vuelvan cada vez más accesibles y lleguen a más gente. Para eso se necesita educación financiera y una buena asesoría legal. Nosotros nos vemos como agentes que van cambiando las coordenadas.

¿Tienes algún socio?
María del Carmen Yuta es mi socia. Con ella nos propusimos internacionalizarnos, y nos hemos juntado con otras firmas legales boutique especializadas en fintech de México, Colombia y Chile. Esta es la primera alianza internacional con amplia experiencia en la asesoría legal a empresas que prestan servicios financieros mediante el uso de la tecnología. Si un cliente tiene una solución de negocio pensada para Colombia, pero vive en Perú o en México, nos busca y le ayudamos a hacerlo de una manera única, ahorrándole el trabajo de buscar plaza por plaza. Los países que conforman esta red son los mismos que constituyen la Alianza del Pacífico, los cuales están caminando hacia la integración de su mercado.

¿Puedes mencionar a un cliente que hayas atendido?
Afluenta, por ejemplo. Fue la primera fintech que llegó al Perú para lanzar un concepto nuevo de crowdfunding o plataformas de financiamiento participativo. Este es un modelo muy interesante, se basa en un grupo de personas que presta dinero a otras que necesitan capital. En vez de acudir a un banco, se conectan con inversionistas. Este modelo fintech se usa en varios países y ahora está en el Perú. Es un modelo de negocios muy interesante que apunta a generar inclusión financiera.

Tiene el mismo principio de las aplicaciones de taxi...
El mismo, por eso el modelo se llama finanzas colaborativas. Afluenta fue mi primer cliente. En otros países ya funcionan modelos como el suyo. Es la primera fintech en el Perú.

¿En el Perú hay otros estudios como el tuyo, dedicados a brindar asesoría en estos temas?
No con estas características ni con tanto énfasis en las fintech. Por eso veo mi estudio como un agente de cambio para mejorar los mercados financieros, expandir los mercados y llegar a más peruanos. Pero además de prestar servicios a las fintech, también apoyamos a los principales bancos del país que ofrecen nuevos servicios, como el BCP, Interbank y, en general, a las principales instituciones bancarias. Estas tienen una ventaja muy grande frente a las fintech, en el sentido de que brindan seguridad, porque son reguladas por la SBS, y tienen muchos clientes, sus espaldas son anchas. Cualquier fintech se moriría por tener estas características.

¿Qué tal te fue cuando trabajaste en la SBS?
Muy bien. La SBS es un organismo autónomo sumamente técnico, con cuadros técnicos excelentes. Pero yo sentí que cumplí con lo mío ahí, había aprendido lo que tenía que aprender y notaba que el mercado tenía una necesidad insatisfecha, entonces pensé en desarrollarme en lo que hago actualmente. Cada cierto tiempo, uno debe trazarse metas que lo mantengan interesado en sus labores y plantearse nuevos retos. Eso fue lo que hice: busqué trabajo en un estudio de abogados y llegué a Philippi, Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría. Pero, al poco tiempo, quise asumir mis propios retos, tener mi propia empresa. Sabía que podía, y tenía el know how.

¿Qué planes tienes para el próximo año?
Espero trabajar de manera global y apoyar más negocios que sean globales.

¿Qué otros trabajos has tenido?
Cuando terminé la Carrera de Derecho en la Universidad de Lima, empecé a trabajar en la consultora EY y después de un tiempo me fui a hacer una maestría sobre derecho bancario y financiero en Londres. Al volver al Perú, me llamaron para trabajar en la SBS, donde me ocupé de temas de regulación financiera durante 11 años. La combinación de una maestría en derecho bancario y la práctica en el ente supervisor bancario era potente y me llevó a especializarme en regulación financiera. Así que, después de 11 años, con todo el know how adquirido, decidí trabajar en un estudio de abogados para asesorar a instituciones financieras. Entré a trabajar al estudio Delmar Ugarte, que luego se fusionó con el estudio Ferrero y más adelante se convirtió en un estudio internacional al fusionarse con la red Uría, un estudio grande.

¿Haces otra cosa aparte de tu trabajo?
Soy profesora universitaria y tengo dos hijos que demandan gran parte de mi tiempo y son mi principal motor y motivo, como dice la canción. Mi vida gira en torno a ellos, mi trabajo y la academia. También me gusta salir a correr, y lo bueno de tener mi propio negocio es que me permite hacer las cosas en el momento que quiero, porque mi horario es flexible y me puedo acomodar a todo. Incluso mi socia no vive en el Perú, vive en Italia, no necesitamos estar juntas para trabajar, nos conectamos virtualmente. Y lo mismo hago con los abogados que trabajan aquí: ellos pueden salir cuando lo necesiten o trabajar fuera, siempre y cuando cumplan su trabajo. Ese es el mundo de hoy. Yo voy con mi laptop a todas partes, es una extensión de mí. Además, escribo artículos sobre la industria fintech en el Perú, en revistas especializadas y en guías internacionales que hacen mapeos de cómo va la regulación financiera en cada país. Son guías muy buenas y conocidas, como Chambers and Partners o la europea The International Comparative Legal Guide.

¿Qué recuerdos conservas de la Universidad de Lima?
Siempre he sido estudiosa y muy responsable. Yo sabía lo que le costaban mis estudios a mi madre y no podía flojear. Por otro lado, valoro mucho a los grandes amigos que formé en la Ulima. Recuerdo que mientras estudiaba, me convocaron para hacer mis prácticas en el estudio Ferrero, gracias a la bolsa de trabajo de la Universidad, que es muy buena, porque la Universidad de Lima está muy bien considerada.