09 de Enero de 2019

Un emprendimiento social para dar a luz más emprendimientos

Ha escuchado más de 800 ideas de negocio y, en su incubadora Ynnovadores, ha asesorado más de 200 proyectos y ha acelerado 40 emprendimientos. También brinda servicios de consultoría en innovación en el sector corporativo y asesoría en emprendimiento a ejecutivos recién desvinculados de sus empresas.

Nos referimos a Juan Alberto Flores, comunicador por la Universidad de Lima y emprendedor también. Dejó el mundo corporativo porque cree en el poder de las ideas y las ganas de crear cosas nuevas en el país.

¿Cómo así se creó Ynnovadores?
En noviembre del 2013, en una CADE, escuché decir a Carlos Rodríguez Pastor, de Intercorp, que el 56% de la población tiene menos de 30 años. Recuerdo que estaba al costado de Alfredo Torres, de Ipsos, quien me lo reafirmó. Ahí comenzó la idea de buscar a jóvenes emprendedores para escucharlos, entenderlos y ver si mis habilidades de comunicar y conectar les servían para acelerar sus emprendimientos. En diciembre del 2013, escribí una columna en la revista América Economía llamada “Se buscan millennials” y en el verano del 2014 nació Ynnovadores. En septiembre del 2014 formalizamos su existencia bajo el paraguas de Los Patriotas, una organización sin fines de lucro formada por profesionales independientes para promover el emprendimiento y la innovación en el país.

Dejaste tu trabajo para dedicarte a esto al 100%. ¿Por qué?
En septiembre del 2013 dejé la Dirección de Asuntos Corporativos de Corporación Lindley, después de trabajar 6 años junto a uno de mis grandes mentores: Johnny Lindley Taboada, presidente de la corporación y forjador de la marca Inca Kola. Johnny no estaba bien de salud, sabía que debía pasar sus últimos días con su familia y me dijo: “Bueno, ahora me toca irme a mi casa. ¿Tú qué vas a hacer?”. Yo sabía que no estaba en los planes de su sucesor y le respondí que quería hacer un proyecto social, que quería buscar jóvenes innovadores y emprendedores, como él en su momento. Así fue que, después de 18 años en el mundo corporativo, me volví emprendedor social. Los inicios, como todo proceso, fueron muy duros. Hoy, después de un poco más de 4 años, veo que el fruto de mi esfuerzo me sigue llenando de mucho orgullo a mí, a mis hijos, a mi familia y a mis amigos.

¿Qué actividades han realizado hasta el momento?
Somos una incubadora y una aceleradora de negocios y emprendimientos sociales sostenibles. Además, una consultora de innovación para el mundo corporativo. Debo haber escuchado más de 800 ideas y proyectos de negocio; hemos incubado más de 200 proyectos y hemos acelerado 40 emprendimientos. Hoy nos sentimos orgullosos de haber aportado valor, junto a las startups, a más de 15 grandes corporaciones en sus procesos de generación de innovación y de transformación digital.

¿Cómo son las incubaciones que realizan?
El proceso de incubación de Ynnovadores cuenta con 3 programas al año. Cada uno tiene 10 proyectos que pasan por filtros. Al año, desarrollamos 30 proyectos para entrar al mercado.

¿Qué proyectos interesantes están incubando?
Este año aceleraremos casos digitales de banca, logística, comercio electrónico y educación, pero también casos de moda y consumo masivo, entre otros. Todos estos obtendrán asesoría gratuita en relaciones públicas y comunicaciones por un año.

Además de ayudar a jóvenes emprendedores, ¿realizan alguna labor lucrativa?
Nuestro modelo de sostenibilidad es único en el país. Hemos encontrado un benchmark en Boston, Estados Unidos… felizmente, porque ya me estaba poniendo un poco nervioso [risas]. La incubadora tiene un costo social pequeño y la aceleradora es gratuita para los mejores. Los ingresos provienen de la consultoría de innovación y transformación digital que se brinda al sector corporativo. Somos la única consultora de innovación formada por startups. Asimismo, contamos con una incubadora corporativa para formar ejecutivos emprendedores.

¿Cómo es eso?
Contamos con un programa dirigido a las empresas responsables que desvinculan a ejecutivos por diversos motivos, pero estas personas no quieren recolocarse en el mercado, sino que quieren emprender. A ellos se dirige nuestro programa especial, que es pagado por la empresa que desvincula. Es la alternativa al clásico programa de outplacement.

¿Pedro Neira fue el primer Ynnovador? ¿Cuál es su historia?
Pedro Neira no solo fue el primer Ynnovador, ha sido una persona importante en mi vida y en la vida de Ynnovadores. Él es un líder reconocido en el ecosistema de las startups. Recién lanzaba Mimediamanzana y lo conocí, gracias a la columna que publiqué en diciembre del 2013. Un amigo, Jorge Rehder, me envió un correo electrónico para contactarme con Pedro. Cuando lo conocí, me recordó que habíamos trabajado juntos, cuando yo era más joven, para el Grupo Apoyo. Él trabajaba en la presidencia del grupo y yo era director de proyectos para Apoyo Comunicación. De inmediato hubo una conexión especial. El hecho de aceptar ser parte de la primera temporada de Ynnovadores aportó mucho valor para que otros aceptasen ser parte de este equipo de lujo, de estos aviones, como yo les digo con cariño. Hoy Pedro, con tres emprendimientos en su historia, ha llevado a Mimediamanzana a toda la región y es la primera startup peruana en recibir inversión de Axon International, uno de los fondos de inversión más importantes de la región.

¿Qué te hace feliz de tu trabajo actual?
Soy muy feliz en lo que hago, pese a que este trabajo es muy difícil y absorbente. Tengo la comprensión de mi familia. También se preocupan, porque trabajo un promedio de 15 horas al día, pero sabemos que esto es temporal. Al comienzo es así, después vendrá un tiempo diferente. Me hace muy feliz saber que los sueños se pueden hacer realidad, que uno puede emprender por un objetivo social y que la sostenibilidad y la generación de riqueza no están contrapuestas. Cumplo un objetivo social que me permite generar otros emprendimientos.

¿En qué otros lugares has trabajado y qué logros profesionales podrías mencionar?
Me encantó trabajar en el sector corporativo y no descarto volver en algún momento. Hoy, después de lo que he hecho, pienso que aportaría mucho valor a las empresas que quieren transformarse. Pero ahora mismo estoy concentrado en dos nuevos emprendimientos: Conector, una consultora de relaciones públicas, comunicaciones, negocios y tecnología, que utiliza machine learning + analytics e inteligencia artificial para predecir situaciones de crisis que afecten la reputación de los clientes y sus negocios. Y también lancé Kracks, un negocio de renting de espacios colaborativos de trabajo, para convocar al mejor talento emprendedor del país. Además, estoy vinculado a algunos directorios de startups en las que creo y apuesto.

Aparte de Apoyo Comunicación y Corporación Lindley, ¿has trabajado en otro lugar?
He dirigido las comunicaciones y las relaciones públicas en la Compañía Minera Milpo, en Red de Energía del Perú y en la Unidad de Inteligencia Financiera del Perú, en el Grupo Apoyo. Mi carrera empezó en P&G. En ese lapso también tuve un primer emprendimiento, una agencia de comunicaciones, que fue mi primer fracaso. Era muy joven y me faltaban muchos conocimientos.

¿Cómo eras como alumno en la Universidad de Lima?
Mi padre decía: “Tú sí que le sacaste el jugo a tu bachillerato”. Y es cierto. Desde que me puse a trabajar, nunca tuve tiempo para hacer una maestría, pero sí para llevar cursos fuera y dentro de Lima. Con esto quiero decir que mi paso por la Universidad de Lima fue detonante para lo que hago hoy. Aproveché cada segundo, no solo en estudiar, sino sobre todo en hacer amigos, hoy profesionales de lujo de las comunicaciones, con quienes comparto quehaceres profesionales.