05 de Agosto de 2019

Sirena de los Panamericanos

La barra peruana hizo vibrar el Centro Acuático de la Videna durante las presentaciones de nuestra selección de natación artística, en los Juegos Panamericanos Lima 2019. Cielomar Romero, estudiante de la Universidad de Lima, fue una de las aclamadas competidoras.

Ella participó tanto en dobles como grupalmente y se encuentra muy satisfecha con su desempeño y el de sus compañeras, porque han logrado subir su puntaje considerablemente y han colocado el nombre del Perú al lado de otros equipos con mayor experiencia.

Cielomar está llevando los últimos cursos de la Carrera de Ingeniería Industrial y tiene muchas expectativas con respecto a su tesis, la cual es un proyecto de una planta procesadora de champú con saponinas de quinua.

¿Qué te pareció participar en los Panamericanos?
Esta es la primera vez que tomo parte en una competencia tan grande en el Perú y me siento muy contenta porque el apoyo de los peruanos ha sido enorme. Las cuatro fechas en que competimos vimos las tribunas llenas, no solo de familiares y amigos, sino también de personas que no nos conocían ni sabían mucho de este deporte. Nos han apoyado muchísimo, y eso nos ha hecho sentir muy bien.

¿Cómo evalúas el resultado que has obtenido en parejas y en la presentación grupal?
Estamos satisfechas por el hecho de que hemos mejorado nuestras marcas y por bastante diferencia. Cuando asistimos a los Panamericanos de Toronto, quedamos séptimas en la prueba grupal, con un puntaje de entre 66 y 67. En este deporte es difícil subir cada punto, pero ahora estamos en más de 70 puntos, lo cual es muy bueno. El siguiente paso es llegar a 80.

¿Por qué es tan difícil subir el puntaje?
Normalmente no se ven subidas tan altas. Por otro lado, es un deporte evaluado por jueces y, por una cuestión de subjetividad, natural en el ser humano, muchas veces influye el nombre del país. Cambiar la idea de ser un país que antes no figuraba en una disciplina a uno que ya empieza a dar pelea no es fácil, pero lo vamos logrando. Por otro lado, este es un deporte complicado, demanda mucha práctica y unos 10 a 15 años de experiencia deportiva. Una competidora debería comenzar a practicar natación artística a los seis o siete años para desarrollar todas las capacidades que necesita en una competencia.

¿Tú a qué edad empezaste?
Comencé a los 11, tarde. Antes no conocía este deporte, pero si lo hubiera practicado antes, me habría favorecido mucho, porque entrenar desde pequeña ayuda a desarrollar más la elasticidad. A los 11 años ya no es lo mismo, pero siempre se puede.

¿Quién te animó?
Un profesor de natación me lo propuso, pero no sabía dónde se podía aprender esto y no indagué. Después, casi de casualidad, una amiga me comentó que iba a hacer nado sincronizado, entonces me puse a entrenar con ella. Mi amiga se mantuvo unos cinco a seis años y después se retiró, yo me quedé.

¿Dónde empezaste?
En Aquatica. Antes solo existían ese club y el Germania. Como parte de la selección, he entrenado en el Campo de Marte y en el Centro Acuático de la Videna, que está lindo y tiene todo lo necesario para realizar las pruebas de natación, clavados y natación artística. Cuenta con una piscina de calentamiento de 50 metros de largo y 2 metros de profundidad; una olímpica para natación de 50 metros de largo y 3 metros de profundidad, así como una piscina de clavados de 21 metros de largo y 5,5 metros de profundidad. Es un centro como pocos, uno de los más modernos en el continente.

Tu hermana Valeria también está en la selección, ¿cómo viven esto en casa, con la familia?
Eso es muy bonito, porque nos apoyamos mutuamente y mis papás nos apoyan mucho. Incluso se anotaron como voluntarios en los Panamericanos. La familia extensa también nos ha apoyado, fueron a vernos mi abuela y mis tíos, quienes no nos pueden ver normalmente, porque no competimos en el Perú. Lo mismo mis amigos, ellos solo nos habían visto en videos.

La barra peruana también estuvo presente en la tribuna, alentándolas con mucho entusiasmo. ¿Cómo te sentiste en ese momento?
La barra del público fue espectacular, hemos sentido el cariño de mucha gente y estamos muy agradecidas por eso. Ha sido muy bonito.

¿No te imaginaste que podía ser así?
No, claro que no. A todas nos impresionó mucho que las entradas se agotaran, no esperábamos tanto del público. Mucha gente nos ha felicitado, no solo familiares y amigos, también personas que no conocíamos, la barra fue increíble. He visto gente que se emocionaba al punto de llorar. No podemos estar más contentas y agradecidas con el público. La bulla que hacían era espectacular, sinceramente. Era tan fuerte que antes de comenzar teníamos que esperar que bajase el volumen para poder escuchar la música. Nunca esperamos tal cariño, fue maravilloso.

Este deporte demanda mucha concentración, ¿no? Porque el grupo debe estar perfectamente sincronizado y, además, no deben chocarse mientras hacen los movimientos.
Exactamente, hay que estar muy atentas a eso y tener mucho cuidado porque todas estamos muy pegadas y debemos tener cuidado de no chocarnos y no patearnos. También tenemos que estar alineadas y de acuerdo con la música. Hay que pensar en muchas cosas mientras hacemos la rutina. Este es un deporte de repetición, así que debemos hacer los movimientos una y otra vez para buscar la perfección.

¿En qué horario entrenas?
Desde las 6.30 de la mañana hasta la 1.30 de la tarde, de lunes a sábado. En verano un poco más.

¿Cómo es tu grupo de amigas en la natación artística?
Es un grupo muy unido; a pesar de que tenemos edades muy diferentes, nos queremos bastante. La menor tiene 15 años, y la mayor, 28. Nos conocemos desde hace varios años y con este equipo tenemos un poco más de un año, pero a algunas las conozco desde los 13 años, ahora tengo 22.

¿Usan lentes durante el entrenamiento?
Durante el entrenamiento sí, porque los ojos no resisten tanto tiempo el cloro. Pero desde hace unas semanas hemos usado menos los lentes, para acostumbrarnos.

¿Es verdad que ustedes diseñan sus trajes de baño?
Sí, porque no hay muchas personas que lo hagan acá. Al principio los mandábamos a hacer, pero el costo es alto. Una ropa de baño de estas puede costar 600 soles y yo necesito 4 trajes de baño. Lo mismo mi hermana. Así que tratamos de buscar opciones más económicas. Desde hace algunos años nos hemos dividido las tareas y hemos empezado a hacer nuestros trajes. Vamos a Gamarra a comprar la tela y tenemos un confeccionista. Nosotras mismas buscamos las piedras. Es una decisión nuestra hacer las ropas de baño y nos va bien así.

¿Te ha ido bien entrenando y estudiando en paralelo?
Yo me acostumbré a estudiar y entrenar desde que estaba en el colegio. Cuando entré a la selección nacional de natación artística estaba en tercero de secundaria y el colegio me ayudó mucho, porque cuando viajaba me apoyaba para dar los exámenes en otro momento. Lo mismo me pasó en la Universidad de Lima. Claro que cuando estaba en el colegio competía en otra categoría y entrenaba menos. En la Universidad fue un poco complicado el primer año, porque ya estaba en mayores. Lo que hago es llevar solo cuatro cursos por ciclo e inscribirme en cursos que se dicten a partir de las cinco o seis de la tarde.

¿Te gusta Ingeniería Industrial?
Me encanta. Acabo de terminar el curso Proyecto de Investigación 2 y ha sido un poco difícil cumplir con todas mis obligaciones, pero me ha ido bien. Mi tesis va a ser sobre una planta procesadora de champú a partir de las saponinas de la quinua; la estoy haciendo con una compañera.