Sumilla:
Después de terminar el año pasado la etapa concerniente a los denominados “partidos doctrinarios” (1810-1870), prosigue F.Altuve-Febres la tarea de estudiar la trayectoria de los partidos políticos peruanos desde su nacimiento hasta la última década del pasado siglo.
La segunda gran etapa histórica, cuyo objeto de análisis crítico será la presente investigación, abarca los “partidos de notables” (1870-1930). Así como en su anterior trabajo fue empleado como texto canónico la “Historia de los partidos” (1862), de S. Távara, ahora servirá de guía referencial la obra de Carlos Miró Quesada Laos: “La autopsia de los partidos políticos” (1961).
Desfilarán en este trabajo, como punto de partida, civilistas, pierolistas y fusionistas (1871-1879), para luego dirigir el análisis hacia los partidos imperantes en la guerra con Chile (1879-1884). Se incluirá también la década 1885-1895, caracterizada como la de la “hegemonía constitucional”, cerrándose el siglo XIX con el estudio de la “transición demócrata” (1895-1901). La “hegemonía neocivilista” de Candamo, Pardo y Billinghurst (1902-1919) conformará la antesala de la última etapa a ser examinada: la de “Leguía y el partido dominante” (1920-1930), en la que, por supuesto, aparecerán también espacios temáticos dedicados a la generación del centenario y a J.C. Mariátegui y el socialismo peruano.
Partiéndose de la hipótesis de que los partidos peruanos no parecen cumplir la función preestablecida de servir de mediación de una sociedad concebida en términos de clase, interesa, sobre todo, discutir acerca de cuál es el rol que históricamente han desempeñado, recurriéndose para ello al análisis de su fuerza o debilidad según su capacidad de adaptarse a los reclamos de nuestra sociedad.
