21 of June of 2013

Una vocación tecnológica y comercial

Con una destacada trayectoria en el ámbito comercial, Alonso Rivera, graduado de la Facultad de Ingeniería de Sistemas, asegura que la formación integral que recibió de la carrera permite a los profesionales de la Universidad de Lima estar capacitados para afrontar cualquier reto. Desde este año, Alonso es el key account manager de la división de Audio y Video de Samsung Perú.

¿Qué funciones ejerces como key account manager?
Soy el encargado de la cuenta vinculada a Supermercados Peruanos, que maneja Plaza Vea, Vivanda, entre otras marcas. De esta manera, en sesenta tiendas a nivel nacional tengo que velar por la correcta rotación, distribución y abastecimiento de la línea de Audio y Video de Samsung, que abarca televisores, minicomponentes, home theaters, cámaras digitales, blu-ray o DVD. Es decir, lo que se conoce como la línea marrón. Lo interesante es que Samsung no trabaja con metas mensuales, sino semanales, por lo que disponemos de 52 cierres al año. Esto hace que el trabajo sea bastante interesante y dinámico. Tengo que estar permanentemente en contacto con los supervisores y promotores, para saber cómo ellos están rotando los productos. De acuerdo con esto, tomamos decisiones respecto a los precios y estamos al tanto del desempeño de la competencia. Como miembro de Samsung, uno tiene que estar activo todo el día y no quedarse dormido.

¿Qué logros destacas de esta etapa?
Para Samsung, si no estamos en el primer lugar, simplemente nuestro trabajo no ha funcionado. Por suerte, mi relación con el equipo de ventas es espectacular. Creo que las decisiones que hemos tomados han sido correctas. Gracias a este y otros esfuerzos, Samsung está en el primer lugar del market share (‘cuota de mercado’).

¿Qué nuevos retos te esperan?
Nuestras ventas en Supermercados Peruanos han venido creciendo en 20% en los últimos años. Ahora busco que ese crecimiento se duplique. Un reto pasa por hacer conocer a los consumidores que ellos también pueden comprar televisores y aparatos afines en supermercados, además de las cadenas de retail y los grandes almacenes.

Cuéntanos sobre las estrategias que Samsung emplea para diferenciarse de la competencia.
Tenemos el convencimiento de que nuestros productos son los mejores, como nuestra línea de televisores interactivos. Esta calidad genera confianza y respaldo. Así, confiamos en que, con una buena gestión, podemos mantener a Samsung en las posiciones de vanguardia en el mercado.

Antes de Samsung, trabajaste en HP. ¿Qué resaltas de esa experiencia?
En el 2006, cuando estaba entre el cuarto y el quinto ciclo, entré a HP, una de las mayores empresas de tecnologías de la información del mundo, cuyo origen es norteamericano. Me ubicaron en Technology System Group, un área netamente comercial. Es un rubro que siempre me ha gustado. Ahí aprendí muchísimo y pude poner en práctica todo lo que seguía aprendiendo en la Universidad. Sin embargo, cuando extendieron mi convenio de prácticas por un segundo año, era consciente de que también tenía que continuar con mis estudios y terminar la carrera.

Fue por entonces que Interbank te ofreció un puesto laboral.
Estaba en noveno ciclo. En ese entonces, que una empresa de ese prestigio buscara contratarme significaba mucho para mí. Además, quería seguir creciendo. Por eso acepté. En Interbank fui ejecutivo comercial de banca electrónica. A diferencia de HP, donde estaba más ligado a cuestiones de planeamiento y análisis, en Interbank tenía que ejecutar de una manera más rápida y estaba pendiente del día a día y de concretar las ventas. Fue cuando saqué a relucir toda mi vena comercial de cara al cliente final, ya se tratara de cadenas de farmacias, bodegas, ferreterías o grifos. En cambio, en HP interactuaba más con otros tipos de empresas y distribuidores. Así comprendí que una cosa es sentarse a conversar en una mesa de directorio, y otra, negociar con una bodega para generar una relación de confianza y llegar al público.

Luego de este paso, regresaste a HP.
Cuando terminé la Universidad, HP me alcanzó una propuesta de trabajo en el área de Operaciones y Ventas que, además, estaba conectada a asuntos logísticos, financieros, comerciales y de márketing. La tomé. De este modo, profundicé mis conocimientos sobre cómo se desenvuelven las empresas en el rubro de la tecnología. Luego pasé al área de Planeamiento Estratégico en PPS (Printing and Personal Systems). Ya en este punto, vale la pena detallar mi evolución en HP: cuando era practicante o durante mi estancia en Operaciones y Ventas, estaba ligado a la división de Tecnología de Enterprise, que se enfoca en servidores y equipos de almacenaje que se destinan a empresas. Posteriormente, ya como PPS planner, me encargaba de productos que iban desde notebooks hasta impresoras, repuestos o accesorios, es decir, aquellos que son de consumo personal. Con ellos veía algunos temas de garantía. Por ejemplo, si había que despachar un lote de 5.000 computadoras y existía la posibilidad de que 10 de estas estuvieran falladas, debía contar con 10 computadoras adicionales de garantía. Se trata de un asunto más complejo de lo que parece, en el que se busca optimizar los costos.

¿Siempre te gustó la ingeniería de sistemas?
Desde pequeño tengo afinidad con la tecnología. No obstante, cuando todavía era estudiante de secundaria, no contaba con una idea clara de mis posibilidades de desarrollarme profesionalmente como ingeniero de sistemas.

Fue en ese período que la Universidad de Lima surgió como una opción.
Recuerdo que no quería dedicarme netamente a la programación. Pero justo por esa época revisé la malla curricular de la Facultad de Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Lima, que sigue siendo muy diversa y completa, y que aborda aspectos referidos a la administración y el márketing que no son tocados por otras instituciones educativas. Además, varios amigos de mi hermana estaban por graduarse y me recomendaron postular a la Universidad de Lima.

¿Qué valores agregados brinda un profesional de la Universidad de Lima?
Siento que un ingeniero de sistemas de nuestra alma máter es capaz de gerenciar empresas y asumir con éxito una serie de posiciones. En mi caso, he estado en varios puestos, y en todos he podido aplicar el enfoque sistémico inculcado por la Universidad y me he sentido preparado para afrontar cualquier reto.