19 de Noviembre de 2015

Alessio Bax y la OSN en la Ulima

La temporada de primavera de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) trajo, el viernes 25 de septiembre a las 20.00 horas y el domingo 27 a las 11.30 horas, todo el talento del pianista italiano Alessio Bax al Auditorio ZUM de la Universidad de Lima. Con este representante internacional de la música clásica como invitado, la primera agrupación musical del país, dirigida por Fernando Valcárcel, brindó un exquisito concierto con un programa que incluyó la Sinfonía n.º 101, de Joseph Haydn; la Rapsodia sobre un tema de Paganini, de Serguéi Rajmáninov; y Las divertidas travesuras de Till Eulenspiegel, de Richard Strauss.

Talento estelar 

El pianista Alessio Bax ha sido celebrado por crear “una experiencia de sonido deslumbrante”. Según la revista Gramophone, “su forma de tocar se estremece con una intensidad casi hipnótica”, dando lugar a lo que el diario The Dallas Morning News llamó “una experiencia fuera del cuerpo”. Bax nació en 1977, en Bari, y se graduó del conservatorio de esa ciudad a los 14 años. Con 19 ganó el Concurso Internacional Académico de Piano de Hamamatsu, en Japón, y ha recibido, entre otros laureles, el prestigioso premio Avery Fisher Career Grant en el año 2009.

Trilogía musical 

El programa empezó con la Sinfonía n.º 101, novena de las doce llamadas “Sinfonías de Londres” de Joseph Haydn y conocida popularmente como El reloj, por el ritmo de tictac de su segundo movimiento. La obra está compuesta para dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagots, dos trompas, dos trompetas, timbales y sección de cuerdas, y presenta una forma estándar de cuatro movimientos: adagio-presto, andante, menuet (allegretto) y finale (vivace).

Seguidamente vino la Rapsodia sobre un tema de Paganini, de Serguéi Rajmáninov, un conjunto de 24 variaciones para piano y orquesta sobre el Capricho n.º 24 para violín solo de Niccolò Paganini. La variación XVIII ha sido empleada en la banda sonora de varias películas, como Pide al tiempo que vuelva (1980), Sabrina (1995) y Ronin (1998).

La velada musical culminó con Las divertidas travesuras de Till Eulenspiegel, poema sinfónico de Richard Strauss de 1895. La pieza plantea una crónica musical de, como su nombre lo indica, las travesuras y desventuras de Till Eulenspiegel, un héroe popular campesino del folclor del norte de Alemania y los Países Bajos.