La Gran Guerra. Historias de nobleza, lealtad e infamia: 1914-1918

La Gran Guerra

Ciclo de cine y debates para reflexionar sobre la envergadura, repercusión y trascendencia de la Primera Guerra Mundial, en el centenario de su inicio. 

Presentación 

El conflicto armado que estalló entre julio de 1914 y noviembre de 1918 fue conocido como “la Gran Guerra”. Su ferocidad sólo quedó superada por la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). No obstante, el apelativo quedó y hay que decir que este primer estallido bélico a escala mundial dejó cifras que siguen estremeciéndonos: 32 países involucrados, 5 frentes de combate, 60 millones de movilizados, 8 millones de soldados muertos y 6 millones incapacitados, sin contar los daños materiales y los millones de civiles que perecieron o vieron sus vidas arruinadas.

Aunque los historiadores que han estudiado en detalle el conflicto coinciden en su mayoría en considerar que fue una aberración, al mismo tiempo están obligados a calificarlo como “la primera guerra moderna”, y es que la revolución industrial no sólo había modificado por entonces la vida de la gente, también lo había hecho con la tecnología bélica. Esa guerra vio surgir los campos minados, los gases venenosos, los fusiles de repetición, las ametralladoras, el transporte motorizado, los tanques; en el mar, los acorazados y submarinos; en el cielo, los aviones y dirigibles.

El cine, lanzado al mundo en 1895 por los hermanos Lumière, no estuvo ausente del escenario bélico, y hubo cámaras espías que acompañaron a las primeras aeronaves de combate. Sin embargo, la tecnología fílmica no habían avanzado lo suficiente como para ponerse al alcance de la iniciativa individual, algo que sí ocurrió con la fotografía fija. Por entonces, la Kodak y otras empresas ya habían puesto en el mercado pequeñas cámaras portátiles que los combatientes llevaron al frente (algunos calculan su número en dos millones de aparatos). Y cuando los censores castrenses prohibieron el envío de fotografías a las familias, ya era tarde.

De allí la riqueza documental de muchos álbumes familiares de la época, que presentan aspectos de la vida (y la muerte) en las trincheras y frentes de combate y que hoy son rescatados del olvido por nietos y bisnietos de los soldados de hace un siglo y expuestos en museos. En comparación, el número de documentales y testimonios filmados mientras duró la guerra es relativamente pequeño. El cine de ficción ha compensado luego largamente este vacío, pues la onda de choque que provocó el conflicto recorre las generaciones, al punto de que puede decirse que cada época lo ha representado de modo particular, especialmente en las cinematografías de los países que tuvieron participación directa en los escenarios bélicos.

Desde un principio coexistieron películas de grandes masas y exaltación patriótica (Alas, El gran desfile) con otras de convencida visión pacifista (Yo acuso, Las cruces de madera, Sin novedad en el frente) e idealismo humanista (Cuatro de infantería, La gran ilusión). Luego vino un período de cuestionamiento y crítica (La patrulla infernal, Por la patria, Johnny cogió un fusil). Desde hace unos años, la Primera Guerra Mundial es un tema que está de retorno (La vida y nada más, Capitán Conan, El pabellón de los oficiales) como signo de una urgente necesidad de memoria y de una interrogación preocupada hacia el futuro.

La treintena de películas que conforman el programa que ofrecen la Delegación de la Unión Europea, la Filmoteca de la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad del Pacífico y la Sala Ventana Indiscreta - Cine Arte de la Universidad de Lima cubren casi un siglo de cine. Ciertamente, no son todas las que han tocado, directa o indirectamente, el tema de la Gran Guerra, pero forman parte de aquellas que no podrían faltar al evocarlo. Y un puñado de ellas son obras maestras que han marcado la historia del séptimo arte y las vidas de millones de espectadores del mundo entero.

Federico de Cárdenas